Hoy Jesús nos regaló una Palabra maravillosa y cuestionante.
A través del Evangelista Lucas nos introdujo en el significado del amor a Dios y al prójimo (Lc 10,25-37).
Cada vez que leo el Evangelio me impresiona la claridad con que Jesús expone su doctrina.
En esta ocasión, un maestro de la ley le hace una pregunta para probarlo: ¿Qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?
Él sabe lo que tiene que hacer: Amar al Señor con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas y con todo el ser. Y al prójimo como a uno mismo.
Jesús le felicita: Estás claro, haz eso y vivirás...
Echándose de justo y bueno, se atreve a más: ¿y quién es mi prójimo?
Entonces Jesús narra la bellísima parábola del buen samaritano. Léela.
Yo la conozco...
Tú la conoces...
Todos la conocemos...
La invitación hoy es a:
- Emprender el camino -donde está el hermano herido, el anciano, el de la calle, el pobre, el mendigo, el privado de libertad, el hambriento, el sediento, el desnudo, el migrante, el trastornado,el...-, camino que se va haciendo con los verbos MIRAR, SENTIR compasión, ACERCARSE, TOCAR, CURAR, CARGAR sobre sí, LLEVAR, CUIDAR, CONFIAR, COMPARTIR los bienes.
- Ubicar a nuestro alrededor al prójimo que espera que pasemos y hacer camino con él... HACER LO MISMO...
Pidamos al Señor la gracia de sentir compasión, de no ser indiferentes, de mirar a nuestro alrededor y descubrirlo a Él en el hermano. Amén.
Dios te bendiga tía bella, excelente tu blogs muy acertado en la realidad y en la palabra de nuestro señor, fascinada estoy dando lectura a cada capítulo. Leo y oigo tu voz, Un gran abrazo desde la distancia bendición
ResponderEliminarHola, cuál de mis bellas sobrinas eres? Esa es la idea: nutrirnos para crecer en fe y esperanza. Un abrazo.
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